el adios pronunsiado en la agonia del amaneser
hase que la cama se duela de tu ausencia.
el eco en la habitacion a perturbado el silencio
que se agasapa en la cornisa de la ventana.
me dueles como el canser
que aqueja a esta inhóspita habitacion.
la mariposa a emprendido su vuelo; hacia el oeste
en su inevitable existencia se ahograra en el sulfato
de la sal de tu sudor.
el equivoco sabor de tu sexo
se ha empesado a confundir con el olor de la gardenia
que espera el regreso de tu piel.
ODRA arsiniegas.
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